Doctor Luis Weinstein Crenovich
Hablar de Luis Weinstein es fácil y a su vez tremendamente difícil.
Es fácil, porque es como el idioma universal, quienes lo conocemos nos entendemos a la primera en relación a él. Sabiduría, Consecuencia, Consistencia y sobre todo Calidad Humana. Comprensión con todos y con todo: con los defectos, con las virtudes, con las miserias y con las grandezas, es lo que lo caracteriza.
Es difícil, por su grandeza, por la complejidad en su simplicidad, por lo vasto de su sabiduría, por lo inalcanzable que parece, por la magnitud de su comprensión del ser, por su bondad, por su abstracción frente a la agresión frontal.
Luis Weinstein pareciera que va por un camino trazado, trazado por él y para él, junto a otros. Los otros son todos, todos los que lo quieran acompañar, acompañar en su camino de sabiduría, de comprensión y de bondad.
Multiversidad, la unión de la diversidad, por primera vez, hace cinco años, escuché a Luis Weinstein hablar de ello. Donde lo diverso no divide, une, complementa. Donde la riqueza está en el saber del otro, en la generosidad de uno para con el otro. Así entendí en lo esencial, en lo básico la filosofía de Luis Weinstein.
Respecto de lo que había que hacer en el ex -hospital San José, Luis Weinstein aportó con la esencia de: amor al prójimo, consecuencia en los planteamientos, abrir los caminos para el desarrollo personal.
Luis Weinstein aportó con la sabiduría de un médico ideal, aquel que es ético, sabio, comprensivo y conocedor a fondo de la naturaleza humana, Luis Weinstein no recetó, solo indicó con un gesto casi imperceptible el mejor camino para la sanación del cuerpo y del espíritu, indicó cual era el camino que debía seguir cada uno de nosotros que a tientas empezábamos un enorme proyecto, tanto en lo estructural como en lo humano, proyecto que consistía en la recuperación de un viejo inmueble para hacer de él un lugar donde primara el arte, la cultura y la diversidad en la búsqueda de una mejor calidad de vida.
Luis Weinstein fue y será uno de los Presidentes del Directorio más importante que ha tenido y tendrá la Corporación Centro de Estudios para la Calidad de Vida.
El definió el marco ético de la corporación, lo definió con su quehacer, lo definió con sus libros, lo definió con la huella que dejó en cientos de familias que fueron beneficiadas, directa o indirectamente con los talleres del maestro, lo definió en el permanente interactuar con todos dejando siempre una sensación de haber aprendido algo, lo definió abriendo caminos, estableciendo redes de acogida, de propuesta sin descartar a nadie, donde la selección se hace de la forma natural y a partir de ese gran caudal se generan un sinnúmero de iniciativas que se dispersan en diferentes direcciones, desarrollándose de una forma independiente y en algunos casos sin tener la conciencia de tener la marca de Luis Weinstein.
Hablar de Luis Weinstein como médico o poeta, como filósofo o ensayista, como educador o terapeuta es encasillar y limitar su ser y su quehacer. Es allí donde está la dificultad de hablar de él. Lo fácil proviene del agrado que siempre produce el hacerlo.
Es fácil, porque es como el idioma universal, quienes lo conocemos nos entendemos a la primera en relación a él. Sabiduría, Consecuencia, Consistencia y sobre todo Calidad Humana. Comprensión con todos y con todo: con los defectos, con las virtudes, con las miserias y con las grandezas, es lo que lo caracteriza.
Es difícil, por su grandeza, por la complejidad en su simplicidad, por lo vasto de su sabiduría, por lo inalcanzable que parece, por la magnitud de su comprensión del ser, por su bondad, por su abstracción frente a la agresión frontal.
Luis Weinstein pareciera que va por un camino trazado, trazado por él y para él, junto a otros. Los otros son todos, todos los que lo quieran acompañar, acompañar en su camino de sabiduría, de comprensión y de bondad.
Multiversidad, la unión de la diversidad, por primera vez, hace cinco años, escuché a Luis Weinstein hablar de ello. Donde lo diverso no divide, une, complementa. Donde la riqueza está en el saber del otro, en la generosidad de uno para con el otro. Así entendí en lo esencial, en lo básico la filosofía de Luis Weinstein.
Respecto de lo que había que hacer en el ex -hospital San José, Luis Weinstein aportó con la esencia de: amor al prójimo, consecuencia en los planteamientos, abrir los caminos para el desarrollo personal.
Luis Weinstein aportó con la sabiduría de un médico ideal, aquel que es ético, sabio, comprensivo y conocedor a fondo de la naturaleza humana, Luis Weinstein no recetó, solo indicó con un gesto casi imperceptible el mejor camino para la sanación del cuerpo y del espíritu, indicó cual era el camino que debía seguir cada uno de nosotros que a tientas empezábamos un enorme proyecto, tanto en lo estructural como en lo humano, proyecto que consistía en la recuperación de un viejo inmueble para hacer de él un lugar donde primara el arte, la cultura y la diversidad en la búsqueda de una mejor calidad de vida.
Luis Weinstein fue y será uno de los Presidentes del Directorio más importante que ha tenido y tendrá la Corporación Centro de Estudios para la Calidad de Vida.
El definió el marco ético de la corporación, lo definió con su quehacer, lo definió con sus libros, lo definió con la huella que dejó en cientos de familias que fueron beneficiadas, directa o indirectamente con los talleres del maestro, lo definió en el permanente interactuar con todos dejando siempre una sensación de haber aprendido algo, lo definió abriendo caminos, estableciendo redes de acogida, de propuesta sin descartar a nadie, donde la selección se hace de la forma natural y a partir de ese gran caudal se generan un sinnúmero de iniciativas que se dispersan en diferentes direcciones, desarrollándose de una forma independiente y en algunos casos sin tener la conciencia de tener la marca de Luis Weinstein.
Hablar de Luis Weinstein como médico o poeta, como filósofo o ensayista, como educador o terapeuta es encasillar y limitar su ser y su quehacer. Es allí donde está la dificultad de hablar de él. Lo fácil proviene del agrado que siempre produce el hacerlo.
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